La verdad es que hoy en día todo está lleno de pings constantes, no solo en apuestas. El otro día contando, en un partido de fútbol me llegaron como quince notificaciones entre WhatsApp, Instagram y las de las casas... al final ni sabía si estaba viendo el encuentro o contestando el teléfono. Es raro cómo nos acostumbramos a que nos avisen cada cambio de cuota, cada gol, cada tarjeta, como si sin esa campanita nos perdiéramos el mundo.